Ansiedad
Los trastornos de ansiedad son, junto con la depresión, los problemas que con más frecuencia se presentan en la práctica psiquiátrica. Dada su alta prevalencia a nivel mundial (15% al 20%) generan un alto costo en salud pública y causan subrendimiento académico y laboral.
Afortunadamente existen hoy tratamientos muy eficaces para estos trastornos capaces de restablecer el bienestar y la productividad de las personas aún cuando hayan estado afectadas durante varios años.
El impacto en la salud
Cuando la ansiedad se sostiene en el tiempo puede constituir un factor de riesgo para el desarrollo de otras enfermedades. Es frecuente encontrar altos niveles de ansiedad asociados a:
- Enfermedades cardiovasculares (hipertensión)
- Trastornos digestivos (colon irritable)
- Trastornos del sueño
- Trastornos de la conducta alimentaria
- Enfermedades neuropsiquiátricas
- Afecciones dermatológicas
¿Cuál es la causa?
No existe una única causa. Las investigaciones demuestran una interacción entre factores genéticos (vulnerabilidad biológica) y factores ambientales (eventos estresantes tempranos, traumas, estilo de crianza).
Desde las neurociencias, se ha identificado que ciertas áreas cerebrales (como la amígdala y la corteza prefrontal) se sobreactivan, generando una disrregulación de neurotransmisores como la serotonina y noradrenalina.
¿Cómo evolucionan?
Sin tratamiento, el curso natural suele ser crónico y la tasa de remisión espontánea es inferior al 5%. Esto afecta la calidad de vida y puede complicarse con depresión secundaria.
La buena noticia: Con el tratamiento apropiado, la mayoría de los pacientes logra la remisión del cuadro o una mejoría notable.