Estrategias como delegar tareas, establecer límites y buscar apoyo pueden ser clave en la prevención del estrés vinculado a la labor de asistir a otros.
El Día Internacional de las Personas Cuidadoras pone en primer plano una realidad que suele permanecer oculta: el peso emocional y físico que asumen quienes asisten a personas mayores o dependientes.
Según Mayo Clinic, un cuidador es cualquier persona que ayuda a otra que lo necesita. “Una persona necesitada puede ser un cónyuge o pareja enfermo, un hijo con discapacidad o un amigo o pariente anciano. Los cuidadores declaran niveles de estrés más elevados que las personas que no cuidan. Es importante que sepan que ellos también necesitan ayuda y apoyo”, afirmó la entidad.
Además, subrayó: “Las exigencias del cuidado causan estrés emocional y físico. Es habitual sentirse enojado, frustrado, agotado, triste y solo”.
La licenciada Belén Tarallo, psicóloga y miembro del equipo de Psicoterapia de INECO, explicó a Infobae que el estrés es la respuesta del cuerpo y la mente ante demandas, presiones o desafíos cotidianos, que pueden ser de origen físico, emocional, social o laboral, y surgir tanto del entorno como de factores internos.
Y precisó: “En el ámbito del cuidado, estos mecanismos adquieren características particulares y con una intensidad especial. El llamado estrés del cuidador, también conocido como síndrome del cuidador quemado, es una forma de agotamiento emocional, mental y físico que afecta a quienes brindan cuidado de manera prolongada».
Y completó: “Si bien el organismo está preparado para hacerle frente a situaciones amenazantes o exigentes (permitiendo el estado de alerta o la motivación), cuando el estrés se mantiene durante mucho tiempo o se vuelve demasiado intenso, puede tener efectos negativos en la salud física y/o mental. Reconocer esta dualidad permitirá al cuidador identificar señales tempranas de sobrecarga para así actuar a tiempo”.
Según los expertos, el aumento de la expectativa de vida y del envejecimiento de la población producen con mayor frecuencia la aparición de enfermedades crónico-degenerativas, entre ellas, las demencias.
Claudia Molina, psicogerontóloga y miembro de la Asociación de Lucha contra el Mal de Alzheimer (ALMA), expresó a Infobae en relación a las demencias y el síndrome del cuidador: “Las enfermedades neurodegenerativas son largas y la dependencia de quienes las padecen progresa con el correr de los años. Es así que la persona que cuida tendrá que aprender estrategias, que a su vez irán cambiando todo el tiempo. La capacidad de adaptación es fundamental en estos casos”, afirmó la especialista.
Los síntomas del estrés del cuidador suelen aparecer gradualmente y muchas veces son pasados por alto, explicó la licenciada Tarallo. Entre las manifestaciones más comunes de sobrecarga se encuentran:
“Estas manifestaciones pueden fluctuar a lo largo del tiempo y frente a variados contextos. Por ello, es importante incorporar estrategias que favorezcan la prevención y el manejo del estrés en las personas cuidadoras”, expresó la licenciada Tarallo.
Vale aclarar que el impacto del cuidado no es homogéneo y afecta mucho más a las mujeres, sobre las que recaen con frecuencia esas tareas.
La Oficina para la Salud de la Mujer de Estados Unidos advirtió que algunas mujeres tienen un riesgo más alto de padecer problemas de salud relacionados con el estrés del cuidador y son las siguientes:
Además, es menos probable que las cuidadoras mujeres se realicen exámenes de salud con regularidad y que no duerman lo suficiente o no practiquen suficiente actividad física, según la entidad.
Nota publicada en INFOBAE: https://www.infobae.com/salud/ciencia/2025/11/05/dia-mundial-de-las-personas-cuidadoras-senales-de-alerta-y-estrategias-para-prevenir-el-agotamiento/